domingo, 2 de marzo de 2008

Como Toda Mujer Soñaría

- Mi nombre es Ámbar Laureani- Dije ante la cámara que me apuntaba en ese momento- 20 años, estudié en la academia de artes musicales, y me gustaría ser el rostro de esta campaña para poder representar la música en mi generación.

La capa de maquillaje que llevaba sobre mi rostro me hacían sentir casi tan falsa como las palabras que acababa de decir para el casting de la campaña “Vive Música”. Mi novio, Víctor, terminó por convencerme, al final necesitaba el dinero para poder pagar mis clases de teatro. Salí de allí con mi atuendo normal, mis pantalones de gabardina café y mis zapatillas desgastadas, mi simple camiseta negra ajustada, mi cabello hasta los hombros, que era entonces de color marrón claro y mis ojos con su típico maquillaje negro… caminé hasta mi departamento, estaba bastante lejos de ahí, pero preferí caminar, el día… era perfecto.

Al llegar me encontré el paisaje de siempre. Mis libros regados por las mesas y los sofás pequeños del recibidor, algunas facturas sin pagar, cajas de comida rápida y una que otra revista. Estaba de buen humor y me dispuse a ordenar ese desastre, pero de un segundo a otro el timbre sonó, me dirigí a la puerta y la abrí, y lo que me encontré fue un oso de peluche gigante, con una carta…

- “Amor, te espero esta noche en el bar donde nos besamos por primera vez… te amo. Víctor.”

Víctor… Mi novio, es un caballero, siempre es amable, atento, jamás pasa por sobre mí, yo soy su prioridad desde que somos novios, es decir, hace ya cinco años. Siempre que puede me invita a salir, usando indebidamente el dinero de su beca universitaria, ya que además de ser el novio ideal es sumamente inteligente.

Nuestros problemas son dos… y radican en las familias de cada uno, mientras que mi madre desaprueba nuestro noviazgo atacando con que Víctor no es un modelo de belleza, la familia de Víctor acusa que yo no soy lo que esperaban para su hijo…
Pero qué esperaban, ¿Una mujer común que limpiara la casa y lo esperara con la cena?

La vida con Víctor es ideal. No nos preocupamos de cocinar, nuestros respectivos departamentos son como uno. Siempre que desee puedo ir al suyo y viceversa, jamás nos hacemos mayores problemas respecto de nada, compartimos mucho en común ya que somos muy similares. Mismos gustos, mismas actitudes, lo único que nos diferencia es su amor por los números, yo nunca los quise, pero no puedo decir que Víctor sea un matemático empedernido… en el fondo es un poeta, puede escribir los versos más hermosos, y lo mejor es que todos son para mí.

Víctor es lo que Todas y cada una de las mujeres del mundo soñarían, menos yo…